Esa vez que aprendí el significado de comunidad
Probablemente la mayoría de las personas concuerden conmigo en que una de las cosas más divertidas de viajar es conocer ciudades, perderse en las calles y visitar lugares históricos o turísticos. He tenido la maravillosa oportunidad de conocer esos sitios, como las pirámides de Egipto, o el museo de Frida Kahlo; pero para mí las mejores ciudades son las que no destacan en las guías de viajes, pero que te muestran la realidad y cultura tal cual es.
Kaypian es una de esas. El año pasado en esta misma fecha me encontraba en Filipinas, país conocido por sus más de 7000 islas y playas paradisiacas. Estuve un mes en esas maravillosas tierras, pero en vez de conocer Cebú y bucear en los mares, me subí a un jepneey en dirección a Kaypian, una pequeña ciudad al norte de Manila, en la provincia de Bulacán.
En esta localidad no hay restaurantes con estrellas Michelin, pero no falta la comida hecha con amor. Un par de veces me invitaron a cumpleaños de personas que no conocía, solo por ser la extranjera del barrio. Prepararon tremendos banquetes asiáticos para impresionar a los invitados, entre esos la joven chilena que estaba de visita.
En Kaypian no hay taxis que haces parar con la mano, pero si das un aplauso y gritas tricycle, un amable filipino se acercara a la puerta de tu casa para llevarte en su pequeña moto, y lo mejor es que no te cobrará extra por meter tu equipaje gigante. En la imagen que ven arriba del título, iba en uno de estos triciclos con otros dos amigos. Donde cabe uno, caben dos; esta es la máxima filipina que aplica en todos los casos y situaciones.
En Kaypian no tenía familia, pero Kuya Gelson y Ate Flor me adoptaron como su hija y no hicieron diferencia entre la chilena y sus cuatro hijos. Todo lo contrario, me dieron la mejor habitación de la casa, me sobrealimentaron y también me socorrieron cuando gritaba por los bichos asesinos (que en realidad eran mucho más indefensos que yo).
En Kaypian no hay museos para aprender de la historia, ni playas para ir a disfrutar, pero encontrarás algo mucho mejor: amor, humildad y un grupo de personas que reciben al extranjero sin juzgar y que te enseñarán lo que es una comunidad de verdad.
3 palabras para sobrevivir en Filipinas
Salamat po: significa "Muchas gracias". Se agrega el “po” a casi todas las frases o palabras para manifestar respeto, especialmente cuando estás hablando con alguien que no conoces, con alguien que te está ayudando o con una autoridad.
Ate: Es una palabra que se ocupa para demostrar respeto a las mujeres que son más adultas que uno o que son autoridad. Puedes decirlo antes del nombre de la persona o solo.
Kuya: Al igual que la anterior, se dice para tratar con respeto a los hombres que son mayores en edad o que son autoridad.